Sunday, June 24, 2012

Domingo

Nos rompimos. De a poco nos fuimos deshaciendo, sacando hilachas, hilitos, pedazos. Yo a vos, vos a mi, yo a mi y vos a vos. Asì, un trabajo completo, disimulado, como el ratón que roe la maderita y primero no se nota, no se ve, hasta que un día el conjunto de desgastes es tan grande que casi ya no se distingue el color de la madera.
No me vengan con que a veces hay que romperse. Con que es bueno, con que uno aprende, uno vuelve a construir. No me vengan porque yo ya lo sé.
Hay días que me rozo sin querer la piel y la noto nueva, sé que estuvimos las dos trabajando, que unimos los retazos, que encontramos boligoma y cinta scotch y dedicamos horas y horas a fabricar algo hermoso, una piel mejor que la de antes, brillosa, elástica, de colores.
Pero en otros momentos, en momentos como este, veo solo las aberturas. Partes descosidas por todos lados que no habíamos tenido en cuenta, o que nos dio fiaca, o que no llegamos a arreglar.
Y por los agujeros entra viento.
y tengo frío.
Y vos no estás.